POSICIÓN EN EL MUNDO Características físicas de la Cuenca del Caribe
Presentación físicaUno de los mayores interrogantes que concierne la Cuenca del Caribe es el de saber a qué conjunto pertenece. Puente entre los dos continentes americanos o istmo en que el archipiélago es uno de sus componentes? Podemos cuestionar la estructura física y los elementos bioclimáticos para intentar un enfoque de la región? El archipiélago distribuido en arco de círculo en el cual la extremidad noroccidental se encuentra a menos de 200 km de la punta de Yucatán, y Trinidad en el otro extremo, a apenas 30 km de las costas venezolanas, bien parece constituir un puente, una prolongación del mundo continental. Podemos distinguir tres subconjuntos de desigual amplitudLas Grandes Antillas están relacionables al sistema andino: sucesión de cordilleras que divergen a partir de ciertos puntos; además de la orientación Norte/Sur que encontramos esencialmente en el istmo centroamericano, las islas tienen cadenas en dirección Este/Oeste, comparables a lo que encontramos en Venezuela. Para el archipiélago, como en el Estado venezolano, es más una sucesión de bloques alzados y hundidos que acusan la compartimentación. Si los materiales y el período orogénico son comparables, las alturas se encuentran atenuadas y pocas cimas de montañas isleñas alcanzan los 3000 metros, salvo en Santo Domingo, Haití y Jamaica que tienen cumbres de 2200 – 2700 metros. Las Pequeñas Antillas en su conjunto están localizadas sobre la zona de subducción de la placa atlántica. Ellas son en su gran mayoría, islas volcánicas en que la formación se ha iniciado hace 25 - 30 millones de años y continúa actualmente. Las numerosas “zonas azufreras” que se encuentran esparcidas en las islas recuerdan a los habitantes como por ejemplo los de Montserrat en 1997 y 1998, que las placas son dinámicas, las erupciones brutales pero no imprevisibles. Queda el caso de Barbados, de Trinidad y Tobago. Estas dos últimas entidades se relacionan a las zonas bajas sedimentarias y aluviales del continente sudamericano. Barbados está también constituido por la surrección y el relleno de fosas y cuencas por materiales provenientes de la potente erosión fluvial suramericana. El origen de los materiales y la emergencia de las islas define entonces una primera división del archipiélago. Este puede desdoblarse en un segundo que recubre parcialmente el primero. Se oponen en efecto “las islas bajas y las islas altas”Las alturas medias, la importancia de las llanuras y de las cuencas dibujan paisajes con variados matices. Así Puerto Rico hace figura de isla montañosa, con picos que no sobrepasan los 1400 metros, y Cuba, no obstante la presencia importante de cordilleras, aparece como más bien baja, teniendo en cuenta el desarrollo importante de llanuras y mesetas. Encontramos la misma oposición en las Pequeñas Antillas entre la isla de San Martin, que desarrolla zonas bajas pantanosas, la Gran Tierra de Guadalupe o Barbados y el aspecto más austero de cerros con pendientes casi verticales de Dominica, Nieves o Montserrat. Por todas partes encontramos un litoral recortado que durante mucho tiempo hizo la felicidad de aventureros y de filibusteros que supieron utilizar las bahías profundas y los pasajes a través de los arrecifes coralinos, para escapar de las flotas reales, sobretodo españolas. Costas abruptas y costas arenosas se desarrollan alternando con el ritmo de alturas y contribuyen a reforzar la imagen exótica de la Cuenca del Caribe. Islas húmedas, islas secasLocalización y alturas se combinan para multiplicar los matices climáticos a escalas diferentes de una zona intertropical cambiante. En éste contexto todavía se oponen los vastos horizontes continentales de los bordes sur y norte de la Cuenca del Caribe, en los que la monotonía es la regla sobre centenas de kilómetros y los microclimas del archipiélago. Distinguimos no obstante, algunos importantes tipos de medio ambientes de la zona ecuatorial favorable a la selva sempervirente en Guyana y Venezuela, el de clima tropical con estaciones alternadas en el archipiélago y sobre el istmo meso-americano, y el de una zona desértica en Texas y el norte de México. Así, incluso si los paisajes presentan algunos parecidos, la situación respecto de la latitud, la altura y la fragmentación física, introducen variedades (fenómenos endogámicos) en distancias muy cortas. A esto y sobre todo para el archipiélago, debemos agregar la presencia del mar; por lo que no podemos hablar realmente de una “zonificación climática”, esta existe pero muy imperfectamente. A la gradación clásica Norte/Sur, debemos agregar la oposición continente–archipiélago y después en escalas inferiores, bajas alturas calientes y húmedas, o calientes y secas, y altas tierras (tierras frías); finalmente distinguimos de manera clásica las “Islas con Viento”, ampliamente expuestas a los flujos de los alisios y las “Islas con bajo Viento” menos húmedas. Los relieves acentúan estas oposiciones y podemos reencontrar sobre pequeñas entidades, el bosque tropical húmedo, casi sempervirente, bosques menos tupidos y secos, sabanas herbosas, incluso cactus de medios semidesérticos. Hay entonces una infinita variedad de microclimas que encontramos sobre distancias limitadas. Agreguemos que si algunas especies vegetales se encuentran en el conjunto caribeño, frecuentemente antrópicas, de una isla a otra han jugado fenómenos de endogamia (por ejemplo, el mapou que encontramos en Guadalupe, pero no en Dominica ni en Martinica). Aún una vez más: el mar, incontestable elemento de unidad que fragmenta pero que otorga colores, vientos, ciclones, y permite multiplicar los paisajes.
Dos grandes tipos de islas se oponen: las islas bajas calcáreas, y las islas montañosas y volcánicas
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