ESPACIOS MARÍTIMOS
 
Numerosos conflictos de baja intensidad

 

Hasta hoy, dos tercios de las fronteras marítimas regionales no han sido objetos de convenios entre los Estados limítrofes. Los problemas, discusiones y reivindicaciones relacionados con el mar son numerosos y bastante diferentes (cf. “L'espace des Caraibes : structure et enjeux économiques au début des années 2000”, annexe 2, cahiers Antilles – Guyane). Algunos son antiguos, históricos, mientras otros, claramente más recientes, resultan de la aplicación de las disposiciones de la Convención de Montego Bay.

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1. Los litigios “históricos”

Se refieren, y es que eran las únicas que existían, a las aguas jurisdiccionales. Generalmente, son consecuencias de discusiones sobre las fronteras terrestres, y solo afectan a los países continentales, particularmente los del istmo, cuyas relaciones envenenaron desde hace casi dos siglos. Tal es el caso del litigio que opone desde hace mucho tiempo Guatemala y Belice.

Los litigios terrestres y marítimos Guatemala/Belice y Honduras

Guatemala ha puesto en tela de juicio el Tratado de 1855 con su vecino y ha reactivado sus pretensiones sobre la mitad del territorio de Belice hasta el río Sibún, y también sobre los cayos (arrecifes) de Ranguana y Sapodilla (islotes arenosos con una estructura coralina, situados en la parte sur de la gran barrera de Belice) y por consecuencia sobre una parte de las aguas de la bahía de Amatique y del golfo de Honduras de las cuales no dispone hoy.

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Los litigios terrestres y marítimos Venezuela y Guyana

Igualmente, las pretensiones de Venezuela sobre gran parte de Guyana (hasta el río Essequibo) abarcan también el dominio marítimo adyacente.

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La presencia, cierta o supuesta, de recursos vivos o minerales ha podido exacerbar hace poco y localmente, la virulencia de aquellas disensiones, ya que en esta estrecha faja costera es donde se concentran pesca tradicional, yacimientos de hidrocarburos, actividades turísticas, potencialidades acuícolas y maremotérmica.1 La discrepancia entre Colombia y Venezuela sobre los minúsculos islotes de Los Monjes en la entrada del golfo de Venezuela, no estaría tan empeorada si no fuera por la presencia de recursos haliéuticos de cierta importancia y la probabilidad de recursos petrolíferos en los fondos marinos cercanos.

El archipiélago de los Monjes

Este archipiélago de 0,2 km2 se sitúa en la entrada del golfo de Venezuela, a 35 km de la península de Guajira (Colombia) y a 45 km al nordeste del estado de Zulio (Venezuela). Se compone de tres grupos de rocas e islotes deshabitados (excepto un puesto militar venezolano) y sin vegetación propia: Monjes del Sur (70 m de altitud), Monjes del Este (43 m de altitud) y Monjes del Norte (41 m de altitud).

En 1833 (Tratado Michelena-Pombo), Venezuela reconoce la soberanía de Colombia sobre la mayor parte de la península de Guajira… pero el Congreso venezolano se niega a ratificarlo. En 1891 un arbitraje de la reina María Cristina de España reconoce a Colombia la posesión de la mayor parte de la Guajira, basándose en las cédulas de 1777 y 1790 que materializaban el reparto de la región. En 1922 un arbitraje suizo lo confirmó. Sin embargo, sólo en 1952 reconoció el Presidente colombiano Roberto Urdaneta Arbalaez la soberanía de Venezuela sobre los islotes de Los Monjes, y fue cuando se instaló un puesto militar venezolano. Hoy, no se ha solucionado el problema en totalidad: en 1987 la intrusión de una fragata venezolana dio lugar a un súbito arrebato de tensiones y a una movilización militar. Venezuela edificó en Los Monjes, hace poco, instalaciones de pesca para explotar los recursos haliéuticos.

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Monjes del Sur

 

El litigio que opone Trinidad y Tobago a Venezuela es bastante complejo:2 empezó durante el período colonial y continuó después de la independencia de Trinidad y Tobago. Acumula aspectos territoriales (fronteras marítimas) y económicos variados (pesca, hidrocarburos) en un contexto general de relaciones tensas entre los dos Estados.

Los litigios marítimos entre Trinidad y Tobago y Venezuela

El origen del litigio nace de dos minúsculos islotes, Patos (50 hectáreas) y Soldado (0,4 hectárea) que se encuentran a 8 km en la prolongación de la punta suroeste de Trinidad y a 11 km de Venezuela.

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Según Fleury C.: Histoire de la territorialisation de l'espace marin autour de Trinidad

 

Aquellos conflictos que hunden sus raíces en la historia post colonial, son los que más fuerza tienen. Dieron lugar, en un pasado no tan lejano, a numerosas y a veces terribles guerras, sobre todo en el istmo. Los resentimientos, muchas veces, quedan persistentes y la solución de ciertos litigios todavía en suspenso, pero ninguno al parecer, tiene posibilidad alguna de degenerar en confrontación armada.

2. Las ZEE, causas de nuevas contestaciones

Los problemas relacionados a las ZEE son más recientes, y afectan más o menos a la mayoría de los Estados y territorios de la región, entre los cuales las islas ausentes en los conflictos “históricos”. Globalmente, tienen un carácter menos agudo ya que conciernen extensiones marinas cuya posesión no es tan antigua y los recursos generalmente limitados. Efectivamente, salvo algunas excepciones locales, el espacio marítimo caribe no abunda mucho en peces. Casi todos los países son importadores netos de productos del mar, sólo unos cuantos disponen de una flota de pesca de alta mar, y ninguno se sitúa en lo alto de la clasificación mundial de pesca. Tampoco son importantes los recursos identificados y fácilmente explotables de los fondos marinos, según la situación actual de su inventario… que no ha acabado, ni mucho menos. El potencial identificado de las ZEE no es suficiente, ni bastante prometedor de desarrollo en plazos previsibles para que la mayoría de los estados le dediquen muchos recursos y energía y le consideren como una prioridad… les basta el mar territorial. De todos modos, no tienen muchos recursos técnicos, militares, financieros, humanos para ejercer realmente su soberanía sobre aquellas inmensidades, controlarlas y posiblemente explotarlas.

La mayoría de las batallas jurídicas, poco virulentas, que algunos Estados llevan a las instancias internacionales para que reconozcan sus derechos, más tienen que ver con cuestiones de prestigio, de susceptibilidad nacional, a veces del deseo de reservar para mañana recursos potenciales, que con auténticos intereses económicos a corto plazo. Sin embargo, el descubrimiento y la próxima explotación del gran yacimiento de petróleo del Hoyo de Dona en los confines de las ZEE mexicana, estadounidense, y cubana podría modificar un poco los datos. Las dos contestaciones más espectaculares (conciernen centenares de miles de km2 y ponen a numerosos estados en tela de juicio) tienen características similares: trata de las ZEE de Colombia y Venezuela (estados que no ratificaron la convención de Montego Bay) que aparecen en el mapa como “anomalías”.

Pequeña causa, grandes efectos: el minúsculo islote de Aves, justificó la extensión desmesurada de la ZEE de Venezuela hasta frente a las costas de Guadalupe. Esta apropiación se hizo con la aprobación de Francia, de los Países Bajos y de los Estados Unidos (en nombre de las islas afectadas que dependen de ellos en la zona).

La isla de Aves

La isla de Aves es un banco de arena de 375 m de largo y de 15 a 50 m de ancho con una altitud máxima de 3 m, que yace sobre una plataforma coralina. Apartada de todas las rutas marítimas frecuentadas y muy lejos de las demás islas (200 km de Guadalupe, 230 km de Dominica y 550 km de Venezuela del cual es una dependencia “federal”), ni siquiera ofrece un fondeadero seguro. En 1980 fue anegada por el huracán Allen y divida en dos partes, pero luego se reunificó. Lugar de descanso y de reproducción para muchas especies de aves marinas y tortugas verdes, no tiene habitante permanente y muy poca vegetación. Descubierta en 1584, fue reivindicada luego por los españoles, los ingleses, los portugueses y los holandeses. De 1878 a 1912, los norteamericanos explotaron el guano hasta agotarlo. Venezuela mantiene en la isla una pequeña guarnición de una docena de soldados. Varios Estados discuten esta situación.

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En el caso colombiano, el control del archipiélago de San Andrés y Providencia, frente a la costa nicaragüense, y de algunas rocas y bancos de arena deshabitados, aislados y lejanos, permite que Colombia se apropie una inmensa ZEE que avanza muy lejos en el centro del mar Caribe.

San Andrés y Providencia

Es un archipiélago colombiano de más o menos 52 km2 con alrededor de 60 000 habitantes que se encuentra aproximadamente a 700 km de la costa noroeste de Colombia. Se compone de las dos islas de San Andrés y Providencia, acompañadas de numerosos islotes. Un gobernador elegido dirige la isla de San Andrés. El idioma oficial es el español, pero muchos habitantes hablan un criollo a base de inglés. Durante más de 200 años, Ingleses, Holandeses, Franceses y Españoles compitieron por ella hasta que los Ingleses reconocieran oficialmente la soberanía de España en el Tratado de Versalles. Durante largo tiempo aquellas islas sirvieron de guarida a piratas tales como Manswelt o Henry Morgan. Nicaragua reivindica su posesión.

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No obstante, la Convención de Montego Bay3 precisa, para evitar abusos que “las rocas no aptas para mantener habitación humana o vida económica propia no tendrán zona económica exclusiva ni plataforma continental”. Estas apropiaciones provocan la contestación general de los países cuyas ZEE resultan amputadas (para Nicaragua se trata de cuadruplicar su ZEE). Estos países las consideran como infundadas e injustas y ven en ellas una voluntad de dominación.

El islote de Navassa, frente a la extremidad sur de Haití plantea un problema similar. Su apropiación por los Estados Unidos que lo ocupan desde 1857 es discutida por Haití. Este litigio impide la delimitación definitiva de los dominios marítimos de los países vecinos (Jamaica, Cuba, Haití).

Navassa

Navassa es un islote deshabitado situado a 54 km de la punta suroeste de Haití de la cual fue una dependencia durante largo tiempo. A pesar de las protestas de Haití que duran hasta hoy, los Estados Unidos reivindicaron el islote en 1857 para la explotación del guano que duró de 1865 a 1898. En 1917, edificaron un faro de 46 metros de altura que dejó de funcionar en 1996. Sucesivamente, se otorgó la administración de la isla a los guardacostas americanos (hasta 1996) y luego al Departamento del Interior. Por fin, la isla, que es de un excepcional interés para la preservación de la biodiversidad del Caribe, se ha transformado en un refugio nacional para la vida silvestre y es administrada por el “Fish and Wildlife Service” del Departamento del Interior que procede a numerosas investigaciones científicas.

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Las condiciones de delimitación de las ZEE mexicanas y estadounidenses han tenido un aspecto novelesco:

La isla fantasma de Bermeja

La existencia de la isla deshabitada mexicana de Bermeja, aproximadamente a 100 millas frente a las costas del Yucatán fue atestiguada en varios documentos y publicaciones4 de 1864 a 1946. Revelaban precisamente su superficie (80 km2... mucho más que una simple roca) y sus coordenadas (22º 33' N y 91º 22' W). Pero, cuando en 1997 empezaron las negociaciones entre México y los Estados Unidos para delimitar las fronteras de sus respectivas ZEE, una expedición de la armada mejicana no pudo sino certificar su desaparición. Por eso, el acuerdo Clinton/Zedillo del 9 de junio de 2000 no la toma en cuenta. Gracias a una extraña coincidencia, resulta que el trazado adoptado otorga a los Estados Unidos la mayor parte del enorme yacimiento de petróleo offshore de Hoyo de Dona que se estima a 22 mil millones de barriles (de existir Bermeja aquel yacimiento sería mexicano).

Desde entonces, en México, varios acontecimientos sorprendentes volvieron a poner la polémica en el tapete: promoción al grado de almirante del jefe de la expedición de 1997 por el Presidente Zedillo, firmante del acuerdo, reconversión en los negocios del dicho presidente (en los Estados Unidos), muerte sospechosa de un senador que acusaba a las autoridades de aquella época de corrupción y de haber vendido las riquezas de México a las multinacionales norteamericanas.

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El misterio de la isla fantasma queda por resolver: ¿existió alguna vez? (al parecer no hay mapas ni fotos). Varias voces de la oposición parlamentaria de izquierda, relevadas por la prensa, evocaron en público las hipótesis más extravagantes: ¿habría sido sumergida por la subida de las aguas debida al recalentamiento del clima? (pero, el único bajío que podría corresponder a este fenómeno está a 40-50 m de profundidad), ¡E incluso dinamitada por la CIA! Sin duda, el tema continuará.

 

3. La plataforma continental: un objetivo para el porvenir

Otro tipo de reivindicación reciente, poco frecuente en la región, se refiere a los límites de la plataforma continental: no concierne directamente una frontera entre estados, sino el límite con las aguas internacionales, el alta mar. En mayo de 2007, Francia interpuso, ante la CPLC (Comisión de Límites de la Plataforma Continental, organismo que depende de la ONU) una demanda de extensión de su plataforma continental frente a Guyana. Su objetivo es el aprovechamiento de probables recursos naturales todavía sin explotar, como el petróleo (una campaña de prospección sísmica identificó un yacimiento con una potencialidad de más de 500 millones de barriles) y el gas, los yacimientos mineros y las biotecnologías marinas. El interés es enorme: después de mayo de 2009, los fondos marinos que no se hayan reclamado, se considerarán como patrimonio mundial de la humanidad y por consiguiente inexplotables. Este problema obliga a delimitar de antemano los límites de la ZEE con Surinam. Hasta hoy, las negociaciones no llegaron a ningún resultado.

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Fuente: programa Extraplac

4. Los conflictos relativos a la pesca

Todos los precedentes motivos de contestación y de tensiones resultan del trazado de los límites marítimos. Los hay que no cumplen con las obligaciones de aquellos límites: el apresamiento de un barco que pesca de manera ilegal en aguas “estranjeras” aparece de vez en cuando en la portada de de los periódicos. No faltan ejemplos ya que las nuevas fronteras perturban usos muy arraigados: así es que los pescadores del norte de Martinica frecuentaban desde hace varias décadas un “sek” (un bajío) de 100 m de profundidad, rico en peces, a 40 km al noreste de la isla, el banco “Dien Bien Phu”.5 Aquel banco se encontró separado en dos partes por el límite marítimo internacional con Dominica. Los pescadores de Martinica con mejor equipamiento que sus colegas de Dominica y que explotaban la mayor parte de los recursos, difícilmente lo aceptaron. Sus repetidos pasos de la frontera (de buena o mala fe) dieron lugar a algunos graves incidentes. Igual occure frente a San Vicente.

Porqué el Madico Karine no podía pescar allí

Los pescadores del “Madico Karine”, el barco martiniqués apresado el pasado 18 de mayo por las autoridades de San Vicente, estaban equivocados. No tenían que pescar en la ZEE de San Vicente. “Con respecto a las leyes, no tienen excusa alguna”, el comentario de Loic Laisné, director de Asuntos Oceánicos, es inapelable. San Vicente tiene el prefecto derecho de reivindicar una ZEE y Francia no puede discutir en absoluto la multa de 150 000 francos que debería pagar la empresa Servipech para recuperar su barco.

En realidad, la partición del mar Caribe y de sus recursos entre los diferentes Estados, por lo menos es complejo. La Convención de Montego Bay no anuló el antiguo derecho consuetudinario en los países que no la firmaron; por otro lado, se firmaron acuerdos bilaterales de delimitación, por ejemplo entre Francia y Venezuela, Dominica y Santa Lucía. Sin embargo, el episodio del “Madico Jeanne” aquel barco martiniqués apresado el mes pasado por las autoridades barbadienses vino a recordar que Barbados, Santa Lucía y San Vicente no siempre están de acuerdo sobre los principios de delimitación.

Además, los Estados pueden si quieren, firmar acuerdos mutuos de pesca, y también pueden existir acuerdos privados entre una empresa de pesca y un Estado que le concede una licencia de pesca. Por fin, existen en el Caribe acuerdos, mejor dicho tolerancias tácitas que prevén que los barcos tradicionales puedan invadir ZEE estranjeros para perseguir los grandes peces migratorios: atunes, lampugas, marlines, tazares... pero estos arreglos no escritos pueden ser cuestionados en cualquier momento.

Según “France Antilles” del 31 mayo - 1° junio de 1998

 

Detrás de aquellos acontecimientos, se ven las susceptibilades de pequeños Estados pobres frente a la arrogancia y las usurpaciones de otros países más pudientes. En las aguas venezolanas los acontecimientos alcanzaron en cierta época proporciones mucho más graves: los enérgicos apresamientos de barcos de pesca trinitarios dieron lugar a muertos y heridos. Sin hablar de desapariciones inexplicadas en una zona caracterizada por intensos tráficos de todo tipo y un clima de violencia e inseguridad. Por fin, en las aguas de Guyana, las interceptaciones de traineras coreanas o de lanchas brasileñas que pescan sin licencia son frecuentes, algunas terminan en verdaderos enfrentamientos armados.

Así, la aplicación en la región del nuevo derecho del mar tuvo una doble y paradójica consecuencia: con el fin de proteger los pequeños países pobres, más bien favoreció los grandes; queriendo saldar los contenciosos, creó otros más. Sin embargo, ningún litigio, antiguo o reciente, tiene un verdadero carácter de gravedad ni es fuente de fuertes tensiones entre Estados.

 

Los contenciosos marítimos en el Caribe

ZONAS EN LITIGIO OBJETO Y CARÁCTER DEL LITIGIO ELEMENTOS Y ESTADO ACTUAL DE LOS LITIGIOS
Belice y Guatemala Terrestre y marítimo Varios litigios se superponen. Guatemala reivindica casi la mitad del territorio de Belice al sur del río Sibún y también los cayos Sapodilla y Ranguana que controla. Estas reivindicaciones terrestres tienen consecuencia en la delimitación de las respectivas aguas jurisdiccionales y ZEE. Guatemala tiene un interés suplementario porque su acceso al mar está cerrado a causa de las aguas jurisdiccionales de Belice y Honduras. En negociaciones llevadas a cabo en 2002, bajo los auspicios de la Organización de los Estados Americanos (OEA) se proponía la creación de un corredor marítimo internacional. Este acuerdo, aceptado por todos los países, tenía que ser confirmado por referéndum. Pero no se organizó la consulta popular en ninguno de los dos países.
Belice y Honduras Terrestre Honduras reivindica los cayos Sapodilla en detrimento de Belice. El arreglo está ligado a la solución del contencioso territorial y marítimo entre Belice y Guatemala (véase arriba).
Guatemala y Honduras Marítimo Belice y Honduras proponen compartir un corredor marítimo con Guatemala, según el acuerdo negociado bajo los auspicios de la OEA. Guatemala discute las reivindicaciones de Honduras sobre los cayos Sapodilla y Ranguana, hoy bajo administración de Belice.
Colombia y Honduras Marítimo Persiste una disputa sobre algunos islotes. Un convenio otorgó el banco de Serranilla a Colombia, pero Jamaica, Nicaragua y los Estados Unidos también lo reivindican, así como él de Bajo nuevo. Nicaragua discute este convenio y se opone a las reivindicaciones de Colombia sobre las aguas situadas al este del 82º oeste (véase abajo el litigio Colombia/Nicaragua).
Colombia y Nicaragua Marítimo y terrestre
(archipiélago de San Andrés)
Nicaragua rechaza la soberanía de Colombia sobre el archipiélago de San Andrés y Providencia-Albuquerque, así como sobre algunas rocas y bancos de arena (véase abajo). Un tratado de 1928 había establecido los derechos de Colombia sobre las aguas y las islas situadas al este del 82º oeste, pero durante el período sandinista, Nicaragua denunció aquel tratado, por estimar que fue firmado bajo presión durante la ocupación norteamericana. En 1988, el gobierno de Nicaragua reiteró sus reivindicaciones de principio mientras aceptaba la ocupación de facto por Colombia.
Colombia y Nicaragua-Honduras-Jamaica-Estados Unidos  Maritimo Colombia ve aliarse contra ella las reivindicaciones rivales de Nicaragua, pero también de Honduras y Jamaica, sobre las rocas e islotes lejanos y aislados de Santa Catalina, East South East, y los bancos de arena de Banco Rocador, Banco quito Sueño, Banco Serrana, Alicia, Serranilla y Bajo Nuevo. Hasta los Estados Unidos se reservan el derecho de reivindicar algunos entre ellos.
Colombia y Panamá Marítimo
(islas de la costa Caribe)
Panamá mantiene sus reivindicaciones sobre algunas pequeñas islas de la costa, ya que pretende que eran anexos suyos cuando era una provincia de Colombia (hasta 1903). Considera que aquellos derechos históricos deben superar la aplicación mecánica de la ley de equidistancia.
Colombia y Venezuela Marítimo y terrestre Colombia no abandonó sus reivindicaciones sobre los Monjes, islas situadas en la entrada del golfo de Venezuela, ocupadas por Venezuela durante los años 50 y atribuidas a Colombia por el acuerdo bilateral de 1980. Fracasaron las tentativas para llegar a un acuerdo sobre la frontera marítima de las islas y el trazado de una línea para delimitar la bahía. El litigio es ocasión de ciclos de tensiones a veces violentas y de distensiones entre dos países vecinos a quienes no faltan contenciosos más graves.
Estados Unidos y Haití-Cuba-Jamaica Terrestre y marítimo
(Isla Navassa)
Haití, con el apoyo de Cuba, reivindica la isla Navassa ocupada y administrada por los Estados Unidos. La delimitación de las fronteras marítimas Cuba/Jamaica y Cuba/Haití que depende de este problema, todavía está en suspenso.
Cuba y los Estados Unidos Terrestre
(Guantánamo)
Cuba protesta contra la presencia en su territorio del enclave de Guantánamo: 118 km2 alquiladas 3300 dólares al año (no cobrados desde la crisis de los cohetes en 1962). Según los términos del acuerdo, vigente hasta 2033, los Estados Unidos pueden decidir solos si devuelven o no este enclave.
Venezuela y Dominica-San Vicente-Santa Lucía-San Cristóbal y Nieves-Antigua y Barbuda Marítimo y terrestre
(islas Aves)
Estos diferentes estados, al considerar que se trata de rocas y no de islas verdaderas, no admiten que se consideren las Aves como islas que dan a Venezuela derecho a una ZEE y a una plataforma continental. Además, esta situación minora sus propias ZEE potenciales. También discuten la soberanía de Venezuela sobre aquellas islas y los tratados firmados por Francia, los Países Bajos y los Estados Unidos que otorga derechos a Venezuela sobre ellas.
Guyana y Surinam Marítimo y terrestre Un contencioso fronterizo resulta del desacuerdo a propósito de del afluente río arriba.
Guyana y Venezuela Terrestre y marítimo El contencioso trata primero de la frontera terrestre. Pretende Venezuela que el curso del río Essequibo es la frontera natural y no reconoce la línea Schomburgk de 1844 que impuso el Reino Unido como frontera en 1886. Un arbitraje norteamericano en 1899, permitió concesiones recíprocas y la definición de un trazado en 1905. Venezuela firmó en 1970 una moratoria con el Reino Unido y la Guyana independiente, pero se niega a reiterala, lo que reactiva periódicamente este conflicto e impide la definición de la frontera marítima y bloquea la explotación petrolífera.
Haití y Jamaica Marítimo Las reivindicaciones de Haití sobre la isla Navassa, administrada por los Estados Unidos, impiden la creación de la frontera marítima en el punto de confluencia Cuba-Haití y Cuba-Jamaica.
Honduras y Jamaica Terrestre Los dos países reivindican Bajo Nuevo y Serranilla, también reclamadas por Colombia, Nicaragua y los Estados Unidos.
Nicaragua y Honduras-Colombia Marítimo En 1986, Honduras y Colombia firmaron un tratado para el trazado de la frontera marítima vista como una extensión de la frontera terrestre a lo largo del meridiano 82º oeste. Nicaragua denuncia el tratado y el “Acto de Honduras relativo a las áreas marítimas” y protesta contra la instalación de tropas hondureñas en Cayo Sur. En 1999, Nicaragua llevó el caso ente la Corte Internacional de Justicia (CIJ) con el fin de delimitar la frontera entre los tres países. La CIJ le dió la razón a Honduras.
Jamaica y Nicaragua Marítimo Se han suspendido las negociaciones esperando el fin del contencioso sobre el islote de Bajo nuevo y el banco de arena de Serranilla que también reivindican Colombia, Honduras y los Estados Unidos, y la resolución del conflicto sobre las islas reivindicacadas por Nicaragua y ocupadas por Colombia.
Surinam y Guayana Francesa  Maritimo Llevan discusiones respecto a los límites de las aguas jurisdiccionales y de la plataforma continental.
Antigua-Barbuda y San Bartolomé (Francia) Marítimo El contencioso trata de la delimitación marítima.
San Martín (Francia) y Sint Marteen (Antillas neerlandesas) Terrestre y marítimo El problema del punto de llegada de la frontera que influye en el trazado de los límites de las aguas jurisdiccionales está todavía en suspenso.
Según “L'espace des Caraibes : Structures et enjeux économiques au début des années 2000”, annexe 2, cahiers Antilles-Guyane

1 Producción de energía que aprovecha la diferencia de temperatura entre las aguas cercanas a la superficie marina y las aguas profundas.

2 Christian Fleury (opus cita).

3 Parte VIII artículo 121, no firmado por Venezuela ni ratificado por Colombia.

4 Cartas etnográficas de México (1864), Islas mexicanas (1946), publicaciones del Ministerio de la Educación.

5 Posiblemente descubierto por pescadores martiniqueses en tiempos de la batalla de Dien Bien Phu (1954).

Autor(a) : Patrice Roth

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