La cuenca del Caribe, crisol de civilizaciones, reserva excepcional de fauna y flora, rebosa de riquezas históricas, arquitecturales y paisajísticas.

La inscripción en el Patrimonio de la UNESCO de 79 de los sitios más preciados es una prueba manifiesta de esta riqueza. El inventario exhaustivo de estos emplazamientos revela una gran variedad que va de la prehistoria al período post colonial. Así, 56 espacios culturales han sido declarados y protegidos en la zona.

Las civilizaciones y los pueblos diversos que ocuparon, acondicionaron y explotaron aquellos espacios (Mayas, Aztecas, Arawaks, Taínos, y más recientemente los diversos colonizadores) dejaron también sus huellas en ciudades y campos.

La complejidad geológica heredada del proceso de nacimiento de la cuenca ofrece una variedad de paisajes en los que se exterioriza una extraordinaria riqueza de fauna y flora como por ejemplo las raras especies tropicales y las especies adaptadas al medio ambiente, a veces únicas en el mundo.

Consecuentemente, los sitios naturales clasificados son numerosos: un total de 22 empezando en Florida con el Parque nacional de los Everglades y finalizando con la Reserva natural del Centro Surinam, pasando por la Cordillera de Talamanca/La Amistad a caballo en la frontera entre Panamá y Costa Rica.

Las Antillas no quedan rezagadas con casi 18 sitios clasificados. Cuba cuenta con la mitad de ellos que se reparten de manera equitativa entre sitios naturales y culturales, como por ejemplo la antigua ciudad de la Habana o el Centro Histórico de Cienfuegos y sitios naturales que son testimonios de la antigua actividad agrícola o de la riqueza de los paisajes geológicos como los bancales cársticas del Parque Nacional Desembarco del Granma (16). Las Pequeñas Antillas tienen cinco sitios clasificados, tres de ellos relacionados con la riqueza arquitectural de edificios militares o de centros urbanos, y dos particularmente orientados en la gestión y preservación del medio tropical (fauna, flora, volcanismo, hidrografía, patrimonio lacustre, espacio marítimo y arrecifes coralinos).

En el istmo y los países de América del sur que bordean la cuenca del Caribe, se destaca México gracias al número de sitios inscritos (31 sobre 61 sitios sin incluir las Grandes y Pequeñas Antillas). Muchos de ellos son el reflejo de la historia del país y de su riqueza arquitectural (para casi la mitad se trata de ciudades pre-hispánicas o de centros históricos de ciudades). La parte central del istmo es el lugar privilegiado de los espacios naturales importantes, en ella coexisten numerosos parques nacionales y zonas de preservación de la biosfera. El relieve asociado con un volcanismo activo la convierte en una zona privilegiada para la fauna y la flora caribeña.

Entre los 79 sitios clasificados en la cuenca caribeña, seis están en peligro y entre ellos cuatro son sitios naturales:

• El Parque natural de los Everglades (Estados Unidos);
• La red de reservas de la barrera del arrecife de Belice que alberga especies en peligro tales como la tortuga de mar, el manatí y el cocodrilo marino de América;
• El Parque nacional de los Katios (Colombia) que alberga más de 500 especies diferentes de vertebrados;
• La reserva de la biosfera Río Plátano (Honduras), vestigio de la selva tropical húmeda que hospeda a unos 2000 indígenas que viven de manera tradicional;
• Las fortificaciones de la costa caribeña de Panamá: Portobelo, San Lorenzo, parte del sistema defensivo creado por la Corona de España para proteger el comercio transatlántico (arquitectura militar de los siglos XVII y XVIII).
• Coro y su puerto (Venezuela), una de las primeras ciudades coloniales con construcciones hechas de adobe según la cultura arquitectural indígena mezclada a la influencia española y neerlandesa.

La declaración de sitios reconocidos como teniendo «un valor universal excepcional" y perteneciendo por eso al patrimonio mundial del planeta, es una garantía de protección y preservación. Sobre los 193 Estados miembros de la ONU, 189 ratificaron la Convención de la UNESCO sobre la Protección del Patrimonio Mundial. Se comprometen en participar activamente en la conservación y preservación del patrimonio suyo declarado ante la UNESCO.