De la era de azúcar a la era del petróleo (1999-2011)
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Pascal Buléon




Desde los primeros años del siglo 16, el cultivo de la caña de azúcar se desarrolló en Hispaniola. Importada de las islas Canarias por Cristóbal Colón en 1493, la caña se difundió en las tierras calientes y húmedas de las Antillas. En 1658 el azúcar representaba 81% de las exportaciones de Cuba. En el curso de los siglos 16 y 17, Cuba, Jamaica, Haití y las pequeñas Antillas se irán transformando en islas productoras de azúcar.
Aun cuando el tabaco, el índigo y la ganadería dieron lugar a una actividad más o menos intensa, la caña de azúcar fue la primera edad de los recursos del Caribe.
La renta de las islas del azúcar ha participado considerablemente a la acumulación del capital financiero en las economías globales de Europa durante los siglos 16 y 17 , principalmente en los reinos de Francia e Inglaterra. La edad del azúcar será el único período en que las Antillas desempeñaran un papel fundamental en la economía de los centros europeos. Dejará huellas en las ideas y en la relaciones.
Las edades que seguirán no tendrán tanta importancia, y se desarrollarán dentro de relaciones de producción más clásicas a base de materias primas . Nuevos cultivos para la exportación se desarrollaron más tarde: progresivamente aparecieron el café y luego el plátano en las islas y en Centroamérica. Se adaptó el cultivo del café a las tierras con pendientes empinadas y clima más fresco. Así, era diferente del cultivo de la caña, que se extendía mejor en las llanuras o en tierras de poca altitud, calientes y húmedas. Los primeros plantones de café fueron introducidos por los ingleses en Jamaica en 1718, y por los franceses en Martinica en 1721. La moda de esta bebida en Europa dió lugar a un desarrollo del cultivo del café que luego se manifestará en todo los países del continente. El café tiene en común con el azúcar de ser alimento del placer de las mesas de Europa.
Se dirige a lo imaginario por el exotismo con que viene asociado. Esta característica ha perdurado durante todas las edades de producción y prevalece hoy todavía.
La segunda edad de los recursos, que no se sustituía a la caña de azúcar, sino que la seguía y coexistió con ella, fue la del plátano. A fines del siglo 19, Jamaica era el primer país exportador de plátanos de la zona, pero, rápidamente, se enfrentará a la competencia de Costa Rica, Guatemala y Honduras en el continente. Así aparece una de las características reiteradas del desarrollo en el Caribe: los límites de territorios con reducidas superficies. Cuando las producciones compiten con cultivos masivos realizados en grandes áreas, con bajos costos de mano de obra, en África o en centro América, las islas se vuelven muy vulnerables a causa de sus pequeñas dimensiones. Las innumerables batallas alrededor de los acuerdos comerciales para el plátano hasta los últimos años, son muestras de estas competencias.
Los hidrocarburo s y la pesca no desempeñan el mismo papel. La pesca es casi únicamente una pesca de subsistencia. No rebasa las lógicas locales sino en las márgenes de la cuenca Caribeña. Los hidrocarburos no han imprimado sus huellas en la totalidad de la región, a pesar de ser recursos importantes (sobre todo para Venezuela y Trinidad y Tobago) como lo son otras materias primas de la era industrial, tal como la bauxita en Jamaica. Los hidrocarburos implican principalmente las orillas del continente. Las dos primeras edades notables de los recursos del archipiélago permanecen las de las materias primas agrícolas destinadas a la exportación. El turismo acaba de sucederlas.